no me
dan miedo las
arañas pero ella
era distinta nos
era distinta nos
vimos a los
ojos y
sentí sus
palabras en el
vértigo de mis
piernas apenas sostenidas por la
gravedad supe que si
quería podía
matarme podía
empujarme al
vacío natural de
nuestras existencias o
arrinconarme hasta su
cueva entre la
pared de esta
dimensión ambiental y la
otra yo te
estimo pero yo ya
estoy muerta de
susto así que
técnicamente tú me
ganaste no
hay necesidad de
juegos tristes