a
veces me
acuerdo de
cosas tan
dolientes tan
extrañas olvidadas en
alguna parte de mi
cuerpo me
vienen a la
primera capa de la
piel cuando
menos lo
espero me
acuerdo de mi
tío que le
dio a los
once una
escopeta de
perdigones a mi
hermano y le
dijo que cuando
viniera a la
casa no
quería ver ni un
pájaro y su
voz retumbó en mis
poros durante días
durante años hasta
anidar en mis
huesos la
escopeta estuvo siglos tras la
puerta de mi
hermano como si
fuera lo más
obvio pero
creo que
solo yo
pensé en
usarla alguna vez