me
gusta sentir el
sol quemando mi
piel como
ícaro abrazando una
estrella imposible como
largarto en la
piedra más
codiciada del
infierno como
bruja en la
hoguera juntando
fuerzas para
viajar a su
próxima vida esas son las
sensaciones que
busco entre los
escombros
agujas enterradas en el
sillón y
halladas en la
casualidad de un
dedo herido y
cien años de
sueño hechizado