creiste que
guardaríamos tus
cosas como si
fueran reliquias
como un
como un
monumento de
tiempos mejores que
bañaríamos los
marcos de tus
fotos con
oro que te
recibiríamos con
urgencia con
alegría golpeándonos las
espaldas como tus
ídolos clavados en el
tronco
nosotras dejamos que
todo se lo
llevara el
fuego de tu
chimenea sucia la que
por
cierto
también expulsamos de este
reino que
antes era tuyo