odié mi
propio nombre con su
repetitivo consuelo me
inventé letras para
revalsarlo para
cambiarme de
macetero y
estirar mis
raíces cansadas hoy no me
duelen esas
palabras ni los
mil tonos en los
que
lapidaron su
suerte hasta
desdoblarla hoy yo
tengo intenciones de
estar bien