nadie se
come las
ciruelas que
crecen en la
ciudad no
importa la
cantidad de
fotos que
hayan arrancado de su
flor la
pudrición contra el
cemento no la
capturan en
HD podría ser la
cabeza de
cualquiera roja y
madura si mi
corona rueda cómanla con
brevas es mi
fruta favorita más
efímera que las
ciruelas que se
olvidan en el
pavimento como un
charco de
sangre del que
nadie quiere hacerse cargo hasta
parece fruta prohibida mientras
cuelgan las
afortunadas del
árbol sosteniéndose sin
ganas de
volverse lava
lástima y
distracción para las
angustias