en sus cabezas pusieron las órbitas de una galaxia por conocer
como coronitas de santas
y leían revistas mientras se creaban mundos
y se declaraban diosas
en los planetas de gas caliente
y colores básicos
cada minuto se traducía en mil años
allá arriba
y crecían como maleza
esas posibilidades repletas de confiaza
y fotografías
se estrellaron contra su dentino y
de pronto
el huracán al final de una sesión
que se extendió toda la tarde
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